Diferenciar hambre física de ansiedad por la comida.

Nuestro estado de ánimo tiene una gran influencia en la forma
de alimentarnos, y a veces la comida se convierte en un refugio cuando hay
algún problema y acabamos consolándonos con alimentos ricos en azúcares y
grasas.
Cuando estamos pensando en adelgazar o en mantener nuestro peso
controlado comiendo de una forma saludable debemos aprender a diferenciar el
hambre física de ese otro tipo de hambre que nos hace sentir ansiedad por
comer, es un ¨hambre¨emocional.
Debemos de comer cuando realmente tenemos hambre física, ya
que la ansiedad por la comida nos hace perder el control y tomar aquello que está
a nuestro alcance sin importarnos sus características nutricionales.
No debemos de utilizar el alimento como recompensa o premio
ni como refugio ante los problemas; a veces esto son conductas o hábitos
aprendidos desde la infancia…cuantas veces te han dado chucherías para que
estuvieras quieta o una chocolatina o un dulce como premio si te portabas bien?
Al final esto es engañarnos a nosotros mismos, por comer de
forma ansiosa y sin control no se solucionan las cosas, generalmente empeoran,
porque añadimos la sensación de frustración y de que no somos capaces de
controlarnos.
Es importante diferenciar el hambre física del hambre
emocional; si es realmente hambre debemos de comer, pero si es hambre emocional
solo llenamos vacíos con la comida. Vamos a pararnos un momento y pensar:  Porque voy a comer? Tengo realmente hambre? O
es ansiedad, aburrimiento…? A veces plantearnos estas preguntas nos lleva a
pensar las cosas dos veces y controlar la ansiedad por la comida.
*En el hambre real hay una necesidad fisiológica de
nutrientes y de energía. Nuestro cuerpo lo manifiesta con mareos, debilidad,
dolores de cabeza, irritabilidad, falta de concentración, a nivel de estómago
notamos contracciones y a veces incluso dolor de estómago. Generalmente hace ya
un tiempo que hemos comido, unas tres o cuatro horas, y no somos selectivos nos
sirve cualquier tipo de comida.
*El ¨hambre¨emocional se asocia a sensaciones negativas: el
aburrimiento, la tristeza, estar enfadado… a veces también comemos por placer y
depende de los olores, los colores de la comida, de su presentación. En todos
estos casos generalmente comemos más calorías de las necesarias porque la
ingesta no se corresponde a una necesidad real de nutrientes por parte de
nuestro organismo.
El hambre emocional aparece de repente y se es más selectivo
por los alimentos buscamos aquello que nos da más placer…que generalmente son
los más calóricos: pasteles, dulces, galletas, chocolate, chucherías…y  todo tipo de comida basura. Hay que ser
realistas, generalmente cuando nos sentimos solos, aburridos o tristes a nadie
le da por comerse un kilo de manzanas por ejemplo.
Debemos aprender a mejorar estas situaciones, pararnos a
pensar. Por qué queremos comer? A veces el hecho de preguntarnos por qué
quieres comer si hace apenas una hora que has comido puede servirnos para ser
menos impulsivos y controlarnos. Vamos a intentarlo!!!

Buenos y saludables días!!!