Te atreves a cenar fresas?

Si, como lo oyes. Solo fresas.
Supongamos que has tenido una celebración o una comida de empresa y no has
tenido más remedio que “sufrir” un plato tras otro de grasas, salsas bien
densas y postres de esos que convertirían en diabético a un vegetariano, por no
hablar del vino. Estaba riquísimo, sí, pero también ha puesto lo suyo a la hora
de sumar calorías.

Lo más probable es que tengas poca
hambre a la hora de cenar, o puede que no. En cualquier caso las fresas están
de temporada, se están poniendo ya a buen precio y son un magnífico
desengrasante cuando hacemos excesos.
Prepara de 100 a 200 gramos de fresas,
bien lavadas, y trocéalas a tu gusto. Ya puestas sobre un plato tendrán un
aspecto de escándalo. Tómalas así en crudo para disfrutar todo su sabor, o como
mucho ponlas en una taza grande y compleméntalas con leche desnatada. Nada de
azúcar, que aún tienes los niveles altos de glucemia debido al postre de la
comida! Además no te hace ni falta ya que los propios azúcares de la fresa, si
las troceas en la propia taza endulzarán la leche que las baña, que diría un
poeta 🙂
No olvides que desde el punto de vista
nutricional aportan ingentes cantidades de vitamina C (genial para protegernos
de catarros ahora que estamos en la estación) y solo tienen 37 calorías cada
100 gramos. Además, al tener un contenido altísimo de agua te servirá de
diurético para eliminar todos esos “venenos” que has comido!!
Atrévete. Cena solo fresas. No es para
hacerlo todo los días ya que siempre tenemos que hacer una dieta equilibrada.
Pero cuando hacemos pecados le vienen muy bien al cuerpo!!